El rostro de Zha Mu se desencajó al oír la advertencia del embajador del Reino Ascensión del Sol y de prisa retiró su mano y la dirigió hacia su cintura como un rayo, para tomar el sable espiritual que allí llevaba.
Pero, ¿lo lograría a tiempo?
—¡Hmm! —En casi el mismo momento en que Zha Mu quitó su mano, la manga de Xiao Yu se abrió una vez más y se desplazó como una sombra que seguía a Zha Mu, antes de que éste pudiera desenfundar su sable, y golpeó su cuerpo. Fue como si pudiera predecir su movimiento.
—¡Ah! —Zha Mu emitió un chillido que opacó el sonido de sus huesos quebrados y salió volando hasta aterrizar en el suelo en penoso estado.
Al caer al suelo, Zha Mu se revolcaba de dolor y sudaba frío.
¡Xiao Yu es el vencedor!
—¡Bien! —de inmediato, muchas personas del Reino Cielo Carmín festejaron.
En especial, el Patriarca del Clan Xiao, en cuyo rostro apareció una sonrisa...