Cuando Feng Tian Wu terminó de contarle acerca de la Piscina Purificadora del Alma, su mirada se dirigió imperceptiblemente hacia la mano de Duan Ling Tian y sus ojos brillaron un tanto contrariados.
Una persona común y corriente no habría notado su movimiento diminuto, pero tan fuerte era la Fuerza Espiritual de Duan Ling Tian que lo notó enseguida.
—¿Qué? ¿Te gusta? —Duan Ling Tian sostuvo el collar hecho de gemas de colores y la Perla Luminosa y se la entregó a Feng Tian Wu—. Para ti.
El rostro bello de Feng Tian Wu primero se sonrojó, pero luego pareció recordar algo y suspiró.
—Hermano Mayor Duan, deberías guardarlo para las dos hermanas...