¡Anciano Guardián Venerado de Secta! Estas cinco palabras fueron suficientes para demostrar lo excepcional que era el Gran Ruc.
—Anciano Peng —Duan Ling Tian miró al Anciano Peng y lo saludó.
El Gran Ruc asintió con la cabeza a Duan Ling Tian y desplegó sus alas antes de agitarlas levemente.
¡Fiiuu!
En ese instante, parecía como si el aire afuera de la Sala Dubhe se hubiera retirado y solo quedaba tierra y polvo en el aire...
—¡Nos vamos! —Linghu Jin Hong le gritó a Duan Ling Tian y a los demás antes de treparse primero a la espalda espaciosa del Gran Ruc que era como un suelo llano. A continuación, Duan Ling Tian y los demás se subieron a la espalda del Gran Ruc uno por uno.
Al subirse al Gran Ruc, Duan Ling Tian pudo adivinar lo que seguía a continuación...