—¡No respeto al Líder de la Secta! —las palabras de Duan Ling Tian fueron como un trueno que explotó abruptamente en la cima del Pico Dubhe y entró en los oídos de todos los presentes. Tan pronto como estas palabras resonaron, fue como si el aire en la escena se congelara. La escena era mortalmente silenciosa: aunque había mucha gente en la cima del Pico Dubhe, todos contenían la respiración y el silencio era aterradoramente silencioso Podía oírse hasta el sonido de una aguja cayendo al suelo.
Tras un breve momento, en lo alto del aire, el Líder de la Secta Espada de las Siete Estrellas, Linghu Jin Hong, aún mantenía los ojos cerrados mientras permanecía allí en el aire con una expresión tranquila, como si fuera a permanecer imperturbable incluso si el Monte Tai se derrumbaba. Mientras, los demás jefes de la Secta Espada de las Siete Estrellas se volvieron sombríos.
