—Hermano Mayor Liu, no escuches a este Duan Ling Tian, tú...
Al mismo tiempo que la cara de Fan Jian se puso pálida, sintió pánico. Se había dado cuenta de que Liu Shi Ge parecía haber decidido que de desarrollaría la batalla contra Duan Ling Tian en la arena de la vida y la muerte, y él estaba incluido.
Conocía sus propias limitaciones. ¡Estaba lejos de ser rival para Duan Ling Tian! Si Duan Ling Tian quisiera matarlo, un solo golpe de espada sería suficiente.
Pero Fan Jian ni siquiera había terminado de hablar cuando fue interrumpido por Liu Shi Ge: Fan Jian, no te preocupes. Conmigo, Liu Shi Ge a tu lado, ¡te garantizo que no te tocará ni un pelo!
El discurso de Liu Shi Ge estaba lleno de una fuerte confianza, la confianza de un artista marcial de la etapa del Alma Naciente.
—¿Qué? ¿Acaso no confías en mí?