—Anciano Lu Qiu, vámonos —propuso Duan Ling Tian sonriendo suavemente, dirigiéndose a Lu Qiu. Habìa ignorado olìmpicamente lo que dijeron estos nuevos discípulos de la corte de la Secta Espada de las Siete Estrellas.
Lu Qiu miró a Zhao Lin, un poco disgustado. Cuando oyó a Duan Ling Tian, asintió.
—De acuerdo.
Ya que Duan Ling Tian no hizo un escándalo al respecto, entonces no tenía ninguna razón para hacerlo él con estos nuevos discípulos de la corte exterior de Pico Megrez que acababan de entrar a la Secta Espada de las Siete Estrellas.
—¿Qué? ¿Tienes miedo de que te descubran?
—¿Hermano mayor? ¿Acaso no nos tiene miedo?
…
Algunos de los nuevos discípulos no podían dejar de reírse con extrema complacencia.