Zuo Qing permaneció de pie junto a He Dong, y su rostro bello y delicado se puso lívido del susto. Los latidos de su corazón se aceleraron inmediatamente.
La Hermana Mayor había encontrado realmente a un hombre sobresaliente…¡Había matado a Shi Hao, de verdad! Y una vez más, ¡había hecho un milagro!
—No... Imposible... ¡Imposible!
El anciano de la corte exterior del Pico Megrez, Zhao Lin, se había recuperado de su conmoción. Meneó incesantemente la cabeza después de mirar el cadáver de Shi Hao en la arena de combate, sin poder creer que todo esto era real. En su opinión, era Duan Ling Tian quien debería haber muerto en manos de Shi Hao, ¡pero había contraatacado para matar a Shi Hao!
Un sentimiento de impotencia surgió en su interior. No le importaba la muerte de Shi Hao pero, ahora que había muerto, también significaba que todo lo que había hecho esta vez no era más que un esfuerzo inútil. ¡Había fracasado!
—Duan Ling Tian…, te he subestimado.