El sol abrasador estaba alto en el cielo y el mediodía llegó.
La plataforma amplia sobre la que se situaba la arena de la vida o la muerte estaba en silencio.
—¿Hmm? ¿Tang Bai aún no ha venido? —Duan Ling Tian abrió los ojos que eran brillantes como un conjunto de estrellas y su mirada se fijó sobre el área fuera de la plataforma amplia, pero no vio rastros de Tang Bai.
—Ya es mediodía y Tang Bai aún no ha venido... ¡Seguro no se atreve a venir!
—Lo sabía, Tang Bai está asustado como era de esperarse.
—Duan Ling Tian acaba de matar a Shao Ying del Pico Phecda ayer y la fuerza de Shao Ying no era inferior a la de Tang Bai. Entonces es normal que no se atreva a venir.
—¡Hmm! Ayer estuvo mostrando aires de superioridad ante Duan Ling Tian y dijo que llegado el momento, esperaba que Duan Ling Tian no se atrevería a venir... ¡Ahora es él quien no se atreve a venir!
—Prácticamente se estaba haciendo daño solo.
—¡Qué vergüenza!
...