Duan Ling Tian seguía parado sobre la arena de la vida o la muerte y su ansiedad comenzó a calmarse.
La furia que había hervido hasta al límite se había calmado por completo al matar a Huo Xin y a Yuan Wu.
Su cabellera larga que flameaba al viento poco a poco logró la quietud y sus ojos rojo carmín recuperaron su color habitual. Hasta el atuendo de discípulo de patio exterior de la Secta Espada de las Siete Estrellas que antes ondulaba ahora estaba en calma.
La mirada de Duan Ling Tian era serena mientras miraba de reojo a los dos cadáveres en el suelo, como si hubiera hecho algo sin mayor importancia.
Duan Ling Tian guardó las espadas espirituales grado siete de Huo Xin y Yuan Wu en sus Anillos Espaciales, frunció el ceño ante las miradas atentas de los que lo rodeaban en la arena y comenzó a caminar a paso firme, queriendo retirarse.
—¡Duan Ling Tian! —justo en ese momento, los tímpanos de Duan Ling Tian temblaron al oír una voz con claridad.