En ese momento, Shao Fei estaba completamente aterrorizado. Anteriormente, se atrevió a ir mano a mano con Duan Ling Tian porque nunca había pensado que éste tendría la intención de matarlo. Ahora, ¡la muerte que se acercaba le hacía sentir el miedo que venía del fondo de su corazón!
¡No quería morir! A pesar de que estaba lisiado, a pesar de que no podría lograr nada en el futuro, aún así no quería morir. ¡Una vez que muriera, no tendría nada!
—Te lo ruego... ¡Duan Ling Tian, te lo ruego! No me mates, no me mates…—chilló Shao Fei histéricamente mirando a Duan Ling Tian mientras incesantemente pedía misericordia. Su cara estaba incomparablemente pálida y solo esperaba que Duan Ling Tian mostrara clemencia y lo dejara ir.