—El Joven Maestro le tiene un odio profundo por su relación con la Princesa Bi Yao —indicó el anciano al oír la pregunta de Gu You Ting.
—La Princesa Bi Yao... Qué pena, mi hijo no tendrá la fortuna de casarse con ella —los ojos de Gu You Ting brillaron con una luz helada al decir esto—. Sin embargo, la gente elogia a Duan Ling Tian en desmedro de mi hijo... Como Gu Xuan lo odiaba, entonces ya no tenía lugar en este mundo. Cuando Gu You Ting terminó de hablar, su expresión permaneció serena. Era como si se hubiera trasformado en juez de la muerte y pudiera decidir sobre la vida y la muerte de otro.
Tal vez, nunca había tomado en serio a Duan Ling Tian ni el Clan Duan que lo respalda.
—Señor, cuando el ejército de nuestro Reino Cielo Carmín tomó Ciudad Barbarie del Sur, Duan Ling Tian obtuvo el mayor logro, por lo que Su Majestad el Emperador seguro lo recompense a lo grande, le profese su mayor respeto y lo considere un pilar en nuestro reino...