—¡Mujer ignorante! —insultó Duan Ru Lei a su esposa, mirándola con frialdad antes de dirigirse a Duan Rong—. Rong, tú vuelve primero. Recuerda, ¡bajo ninguna circunstancia provoques a Duan Ling Tian!
—¡Sí, Tío!
Duan Rong mostró amargura en su rostro al responder y marcharse.
—Duan Ru Lei, quiero decirte que si no vengas la muerte de nuestro hijo, ¡me iré de regreso a mi clan hoy mismo!
Los ojos pequeños de la mujer gorda se llenaron de frialdad sobrecogedora mientas hablaba con igual frialdad.
Aunque su clan era inferior al Clan Duan, en su opinión, era más que suficiente para matar a Duan Ling Tian...