—Tch, tch... —chasqueó con la lengua—. Señorita Tong, ¿ahora quieres usar tu látigo para enseñarle una lección a Su Li?
Duan Ling Tian entrecerró sus ojos mientras le sonreía falsamente a Tong Li.
La voz que llegaba a sus oídos hizo sentir a Tong Li como si despertara de un sueño, y cuando volteó su cabeza para ver, entonces descubrió que la persona en la misma mesa que Su Li era justamente el joven de ropas violetas que la había abofeteado más de 10 veces en ese restaurante hacía tres meses.
De inmediato su rostro de volvió pálido.
—Tú... tú eres...
¡Nunca pensó que encontraría al joven de ropas violetas aquí!
A ojos de ella, ¡este joven era un demonio!
Tal vez, en otro momento solo hubiera deseado matar al joven y se sentiría aliviada, pero al verlo aparecer frente a ella, su corazón no pudo hacer otra cosa que temblar. La escena que tuvo lugar en el restaurante hacía tres meses había dejado una huella que perduraba en su interior.