—¡Muy bien! —exclamó el anciano, recibiendo las pastillas con una sonrisa, y se tragó una de ellas. Después de un breve instante, la mirada del viejo brilló:
—Qué píldora medicinal más milagrosa… la fuerza medicinal acaba de disolverse y ya me siento muchísimo mejor. Joven Ling Tian, ¿qué clase de pastilla es ésta?
—Es la Píldora Purificadora del Espíritu —respondió Duan Ling Tian, sonriendo ligeramente antes de despedirse del anciano y regresar a la sala de audiencias del Feudo del Marqués del Divino Poder junto a with Nie Yuan y a su hijo.
—Amigo Ling Tian, ¡no existen palabras que puedan expresar mi gratitud! En el futuro, si alguna vez quieres pedir algo, me haré cargo de ello sin dudarlo, ¡siempre que esté dentro del poder de mi Feudo del Marqués del Divino Poder! —alabó Nie Yuan, el Marqués del Divino Poder, a Duan Ling Tian con una expresión seria.