—No... ¡no puede ser! ¡Cómo es posible que pueda producir cinco millones de monedas de plata!
Xiao He quedó muy contrariado cuando miró la pila de monedas de plata en las manos de Ye Lun. No estaba dispuesto a creer que todo esto fuera real.
Ahora, hasta él se había dado cuenta de que había caído en la trampa de aquel muchacho vestido de violeta. Sin embargo, en lo más profundo de su corazón, todavía dudaba que este joven fuera realmente un Alquimista de Grado Nueve. Por supuesto, esto había sucedido, en gran parte, por el hecho de que no poder aceptar que había sido superado.
Solo él sabía cuán duro había trabajado para convertirse en un Alquimista de Grado Nueve a los 20 años. ¡No estaba dispuesto a creer que había alguien dentro de la generación más joven en el Reino del Cielo Carmín con un talento natural que superaba al suyo!
