—¡Ah!
El dolor punzante en su muslo hizo que Yu Xiang no pudiera contener un grito agudo. Recién ahora se daba cuenta de que todo lo que le había sucedido era real, que no estaba soñando...
—¡Yu Xiang!
¿Cómo podría no adivinar Duan Ling Tian lo que estaba pensando Yu Xiang luego de ver lo que hacía? Una sonrisa burlona apareció en el rostro de Duan Ling Tian.
—Ahora dime, ¿qué piensas que tengo que hacer contigo? ¿Debo dejarte mirar cómo rebano cada pedazo de tu piel, pedacito por pedacito hasta que pienses que vivir es peor que morir..., o debería darte una muerte rápida?
Pero un segundo después, lo que hizo Yu Xiang dejó a Duan Ling Tian completamente sin palabras.
¡Plaf!
Yu Xiang se había arrodillado en el suelo y comenzó a hacerle reverencias, incluso ignorando la sangre que salía de su frente.
—Duan Ling Tian, te lo ruego, déjame ir... No quiero morir, ¡de veras no quiero morir!