—Meng Quan, queda un bollo de pan. No lo desperdicies —dijo Duan Ling Tian mirando el bollo de pan que había sido aplastado hasta parecerse al lodo y luego sonrió.
—¡Déjame a mí!
Antes que Meng Quan pudiera reaccionar, Xiao Yu, quien había recuperado el conocimiento, recogió el pan que parecía barro y se acercó a Yu Xiang.
—¡Xiao Yu, no te atrevas! ¡Te procuraré una muerte indigna! —las pupilas de Yu Xiang se contrajeron mientras gritaba.
—¿Por qué no me atrevería? —se burló Xiao Yu mientras extendía el brazo y tomaba del cabello a Yu Xiang y lo estiraba hacia arriba.
—¡Estás tentando a la muerte! —dijo Yu Xiang levantando la mano y a punto de atacar a Xiao Yu.
¡Paf!
Duan Ling Tian había estado observando a Yu Xiang desde el comienzo. Al notar que estaba por atacar, Duan Ling Tian se lanzó hacia él y tomó su mano.