—Centurión, Señor, ¿qué hace aquí? —preguntó con naturalidad Duan Ling Tian, cuya expresión permanecía inalterable.
—¿Qué crees? —respondió retóricamente el centurión con mirada fría.
—¿Será que esos siete Tigres Ardientes habían sido traídos por el Centurión? —consultó Duan Ling Tian mientras sus pupilas se contraían.
Normalmente, era imposible que las bestias feroces en el cuarto nivel de la Etapa de Formación Nuclear o superiores aparezcan en el área donde él se encontraba...
Y aunque apareciera, seguramente sería uno o dos.
Pero hacía un rato, siete Tigres Ardientes en el cuarto nivel de la Etapa de Formación Nuclear habían aparecido todos juntos. Junto con la aparición oportuna del centurión, era difícil para él no hacer la asociación entre las dos cosas.
—Eres muy inteligente.
El centurión le dirigía la mirada a Duan Ling Tian.