—¡Tan satisfecho!
Duan Ling Tian eructó y luego se dejó llevar por la fuerza de gravedad y se acostó boca arriba cruzando las piernas y mirando hacia el cielo.
Un conjunto de estrellas deslumbrantes y resplandecientes nadaban en el cielo.
—Luo Cheng, he terminado tres porciones de carne pero tú ni siquiera una. Aprende de mí, así come un hombre —dijo Meng Quan.
Xiao Yu se rio y dijo:
—Meng Quang, lo que tú haces es tragar sin disfrutar nada.
—¡Mierda! ¿Acaso no vieron a Duan Ling Tian comer más rápido que yo? —se defendió Meng Quan.
—Meng Quang, me estás calumniando —dijo Duan Ling Tian, quien no pudo evitar burlarse de él.
Era un hábito de su vida pasada lo que lo hacía comer muy rápido, porque cuando era un mercenario, a veces no tenía tiempo para comer entre misiones y por eso solo tragaba su comida. Tuvo suerte de que su capacidad de digestión era buena y por lo tanto no tenía efectos secundarios por comer tan rápido.