—Es muy interesante. Sus palabras también me han tomado por sorpresa. —dijo el Señor Lluvia Oportuna con una risita. La forma en que Yi Yun resolvió el dilema les pareció muy ingeniosa. Sin embargo, había un problema. ¿Estaba apostando a que Shi Fei y Shi Ping no se atreverían a arrodillarse ante él o a darse bofetadas en la cara? ¿Qué pasaría si lo hacían? ¿No terminaría Yi Yun teniendo que comprometerse con su provocación?
En ese momento, todos estaban mirando a Shi Fei y Shi Ping. Sus expresiones eran extremadamente feas.
La petición de Yi Yun sonaba excesiva, pero en realidad no lo era. Hacerlo elegir al Tapir del Camino de Dientes Infernales fue un acto que puso su vida en riesgo. En cuanto a ellos dos, al arrodillarse o golpearse en la cara solo perderían un poco de dignidad.
Pedir que pasaran un poco de humillación a cambio de dejarlo lisiado era una petición completamente razonable. Si decidían no hacerlo, no podrían culpar a Yi Yun por ser cobarde.