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—¡Ven!
El pedazo de energía voló hacia donde Yi Yun quiso, y se hundió profundamente en su cuerpo.
¡Bum!
Inmediatamente se sintió como si fuera un tambor y la energía una baqueta.
¡Las baquetas tenían un inmenso poder y lo golpearon con fuerza creando ondas de choque reverberantes!
En ese instante, Yi Yun sintió que había caído en un universo sin fin. Entre el mar cósmico de estrellas en el vasto espacio era tan pequeño como una partícula de polvo. Su cuerpo ni siquiera parecía existir, y había perdido el control de sí mismo.
La masiva energía del Fey Antiguo era como un mar de estrellas que lavaba su cuerpo con una fuerza formidable.
En el momento en que extrajo esa porción de energía vital del hueso de Fey Antiguo, los cultivadores de la raza Fey en el Valle Viento Negro lo percibieron.
El aura del Fey Antiguo era inmensa e inigualable. Causaba palpitaciones en los corazones de los demás.