Esa torre divina era majestuosa, como la cima de una montaña que no se podía escalar. Apareció cayendo desde el cielo girando.
Mientras caía, ¡numerosas grietas aparecían por todo el vacío!
Destelló una luz divina que iluminó los alrededores, y se escuchó el sonido de los cantos sánscritos que salían de la torre, mientras unos misteriosos sellos rúnicos se condensaban alrededor de ella incrementándose continuamente.
En un instante, el vacío negro se llenó de sellos rúnicos dorados condensados. Incluso los miembros de la raza desolada junto a Lin Xintong pudieron ver esa escena milagrosa.
Fuera de sus escudos de energía, había sellos rúnicos dorados cubriendo el área, como si hubiera libélulas doradas revoloteando en el aire.
«Esto es…»