Aún quedaban treinta minutos… Yi Yun miró detrás de él a los cultivadores que no habían empezado la prueba. Contándolo a él, quedaban tres personas. Treinta minutos sería más que suficiente.
En ese momento, muchos de los que habían logrado cruzar el puente terminaron su meditación. Sus ojos estaban puestos en las últimas personas.
Por un momento, los rostros de estas dos personas se amargaron. No querían darse por vencidos, pero tampoco tenían el valor de enfrentarse a la antigua bestia desolada.
Se miraron a los ojos, indecisos de avanzar. Darse por vencidos habría sido fácil, pero sentían que rendirse sin luchar dejaría en una mancha negra en sus vidas que afectaría sus corazones marciales.
Sin espacio para echarse atrás, una persona se dirigió hacia el puente de luz cobardemente para intentar pasar la prueba.
