Chi Zhuiyun se convirtió inmediatamente en el centro de atención.
En cuanto a la voz de Yi Yun, hacía eco constantemente en las llanuras.
Chi Zhuiyun habló lentamente recién después de que la voz se desvaneció. Su tono no era fuerte, pero fácilmente pudo imponerse al barullo de millones de personas y llegar a los oídos de todos.
—¿Quieres desafiarme solo?
Sus palabras sonaron como si tuviera un estatus supremo. Tenían una arrogancia condescendiente.
—¡Ja, ja, ja! —estalló a carcajadas Chi Zhuiyun—. ¡Realmente te estás sobrestimando al desafiarme justo después de experimentar una batalla tan intensa!
Mientras decía eso, se levantó de su asiento de honor. Abrió la mano, y su lanza le cayó en la palma.
Se dio vuelta y miró a Luo Huo'er, que también estaba sentado en su asiento de honor.
—¿No vas a pelear porque sabes que perderías contra mí?