En ese momento, la cara de Yang Zishan estaba tan sombría que parecía un nubarrón. Al haberse transformado y usado la «Transmutación Fuego-Espíritu» ya estaba empujando sus límites. Eso consumía una gran cantidad de su Yuan Qi, y como su conciencia y voluntad que había colocado en el fuego Terrenal había sido borrada, no solo Yang sentía un déficit de energía, sino también un leve dolor en su mente.
Por otra parte, Yi Yun parecía extremadamente relajado. Yang Zishan miró con odio la llama en manos del joven, y supo que había hecho el ridículo. Si se quedaba allí tendría que seguir soportando las burlas de Man Dao y Yun Qiao'er, y además no había manera de que pudiera recuperar su honor.
Apretó los dientes, y dijo en voz baja: —Hoy no extraeremos fuego. ¡Vámonos!
Luego se sacudió las mangas y se fue.
Los discípulos del Anciano Escorpio Celestial se miraron unos a otros. ¿Tenían que irse antes de empezar a extraer fuego?