El fuego Terrenal voló a una velocidad asombrosa, mientras Yang Zishan perdía el control sobre él. El giro de los acontecimientos lo alarmó. Había ido al Salón del Espíritu del Fuego para extraer fuego cada año en su larga trayectoria en el Salón del Fuego Terrenal. Lo había hecho numerosas veces, ¡pero nunca se había encontrado con una situación así!
Sin importar lo mucho que usó su energía espiritual, no pudo evitar que el fuego Terrenal se le escapara de las manos. La llama se detuvo gradualmente después de varios segundos.
Cuando se detuvo, la cara de Yang Zishan se ensombreció por completo.
Vio a un joven vestido con ropas que solo usaban los discípulos recién llegados. Su mano estaba abierta tranquilamente, y la llama del fuego Terrenal estaba quieta sobre ella, ardiendo en absoluto silencio.
—Hermano mayor Zishan…