El apocalipsis finalmente había terminado. La batalla había asestado un duro golpe a la raza humana, a la raza desolada, así como al mundo entero.
Ambas razas habían perdido numerosas élites. El Espíritu Sagrado de la raza desolada había muerto luchando, mientras que el Joven Pastor, la ex Reina Desolada y muchas de sus figuras legendarias terminaron destruidos. Muchos de ellos habían sufrido un retroceso de su reino de cultivo, y no podrían recuperarse en un corto periodo de tiempo.
La pareja de la Isla Santuario se encontraba en una situación similar.
Sin embargo, aparte de esa angustia, una nube oscura colgaba sobre las dos razas. Todos sabían que el final del apocalipsis solo era transitorio. El Dios Demonio de armadura negra regresaría en veinte años.
Tenían veinte años para respirar libremente, pero, ¿qué podrían hacer durante estas dos décadas?
¿Criar a un sucesor para que venciera al Dios Demonio? Eso sería una broma.