Los combates en el vasto desierto no tenían muchas reglas. La forma en que procedía era simple; una persona se quedaría en el escenario y sería atacada por otros en forma de duelo. Quienquiera que tuviese la capacidad, podría subir.
Finalmente, cuando nadie subiese al escenario, la persona que estaba en la arena ganaría un lugar. Entonces podría tomar una tabla de madera que simbolizaba su victoria.
Tal sistema podía sonar caótico, ya que era posible que dos guerreros de igual emparejamiento participen en un combate brutal, o haciendo equipo, causando que el guerrero que estaba acaparando el escenario se quede sin energía. Sin embargo, la gente del campo de preparación de guerreros no se molestó en pensar demasiado en eso. Simple y tosco era su estilo.