Al amanecer, justo cuando el primer rayo de sol salió del este, las montañas remotas seguían envueltas por una interminable niebla matutina. Era espesa y densa, y cubría las montañas, lagos, y árboles, haciendo que todo pareciera borroso. La niebla no se dispersaba, lo que provocaba que el clima fuera especialmente frío.
Dentro de una habitación de tamaño modesto en el palacio de la raza desolada envuelto en niebla, Jiang Xiaorou estaba sentada frente a un espejo de bronce. Estaba vestida con una túnica roja gruesa y larga, y se estaba peinando lentamente.
El espejo reflejaba su bello rostro, y el bermellón en medio de sus cejas era hermoso, pero también tenía un toque de tristeza.
Mientras se miraba al espejo, en sus ojos se seguían repitiendo las escenas del día anterior en la sala de reuniones. Los genios humanos la miraban con odio, mientras que la pareja de la Isla Santuario la miraba con lástima…
A ella no le importaban demasiado los humanos.