Al oír esa voz, el trío miró hacia la puerta y vio al hombre de cara larga entrar a la tienda con una sonrisa.
Era el gerente general de esa tienda de la Secta de Fuego Li.
Estaba vestido de manera fabulosa, y su cuerpo estaba cubierto de tesoros. A penas un simple colgante que tenía puesto ya valía varios cientos de reliquias de bajo rango.
Aunque los dos hermanos no lo conocían, sintieron la presión que despedía.
«Es una persona con un estatus prominente.»
Cuando la muchacha pensó eso, vio al gordo y arrogante tendero volverse respetuoso con el hombre de cara larga.
—Joven Maestro Lai, les ofrecí otras dos reliquias de bajo rango porque estos dos hermanos me dieron lástima. Sin embargo, son unos desagradecidos. Estoy realmente… ¡Ah!
El tendero le dio la impresión de que dudaban de él a pesar de su amable cortesía, y meneó la cabeza.