Mientras Yi Yun miraba al Anciano de la Secta de Fuego Li, una sonrisa apareció en sus labios. Para ir al mundo Tian Yuan con Lin Xintong y luchar contra Luna de Sangre, ambos habían tomado la identidad de élites incomparables del extranjero.
Yi Yun ya había determinado su personalidad como genio del extranjero. Era desinhibido y extremadamente orgulloso. Tenía la actitud de creer que él era la única cosa valiosa en el mundo.
Des esa forma, se alejó de la impresión que le daba a la gente normalmente, de ser tranquilo y pensativo.
Limpió la sangre del borde de su sable lentamente mirando de reojo al Anciano de la Secta de Fuego Li, y dijo con sarcasmo: —¡Menos mal que estás en el reino Apertura Yuan!
Esa frase estaba llena de menosprecio y altivez. ¡Hizo que el viejo rostro del Anciano se pusiera roja!
—¡Estás rogando que te mate, novato!