Mientras la tormenta de nieve cubría todo, el cielo y la tierra eran como un pantano desolado.
Yi Yun llegó hasta Lin Xintong en el mismo momento en que ella se desmayó, y sujetó su delgado cuerpo con sus brazos.
Su cuerpo era muy ligero, y no le quedaba ni un poco de temperatura corporal. Estaba tan fría como el hielo.
Su fuerza vital la dejaba lentamente. Cerró los ojos con fuerza con trozos de hielo en sus largas pestañas.
En la superficie de su cuerpo comenzaron a formarse sangre y cristales de hielo. Era como una flor de hielo que podía romperse en cualquier momento, ya que estaba extremadamente débil.
Yi Yun se aferró a ella mientras permanecía en silencio en el suelo nevado. Colocó una mano en sus meridianos, que eran los canales que permitían que la energía fluyera dentro de un guerrero. Usando la sensibilidad a la energía del Cristal Púrpura, entendió claramente la situación en los meridianos de Lin Xintong.