«¿Qué?»
La mujer vestida de blanco sintió cierta inquietud y dio un paso atrás inconscientemente.
En ese momento, la sonrisa espeluznante del joven moreno y la aparición de un terrorífico Qi helado de origen desconocido que llenaba la zona hicieron que la mujer sintiera una sensación aguda y apretada en su corazón.
De repente se dio cuenta de algo al extender su percepción. Pasó por la Torre Adviento de Dios, a través del reino místico de la Gran Emperatriz, y por todo el camino hasta la salida.
La mujer vio una escena que hizo que su alma se congelara.
Vio el ojo gigante, frío y sin corazón, que había surgido silenciosamente en medio del enorme torbellino negro en el Abismo Entierro de Dios a decenas de miles de kilómetros de distancia.
El ojo llenaba ese torbellino negro que tenía decenas de miles de kilómetros de ancho. Daba la sensación de ser una estrella que se había transformado en un ojo.
