—Este niño! ¿Se ha recuperado por completo?
Cang Yan miró a Yi Yun sorprendido. Él tampoco podía entender lo que Yi Yun había hecho. Regresar lleno de energía en tan solo 8 minutos después de haber estado totalmente agotado era algo que iba en contra de toda lógica.
Miró lleno de dudas al Señor de la ciudad y se dio cuenta de que este se encontraba sumido en sus pensamientos mientras observaba a Yi Yun, pero no tenía ni idea de lo que podría estar pensando.
...
Yi Yun estaba en la plataforma Desierto Divino con una espada y un sable en cada mano, mirando a los guerreros del reino divino de Yun Long fuera de la plataforma.
Estaba cubierto de sangre, tanto suya como de todos sus contrincantes. Pese a que su ropa se encontraba desgarrada y hecha jirones, el aura que emitía era como la del regreso triunfante de un rey que miraba con orgullo a todos los hombres.
—¿Quién más va a desafiarme? —preguntó Yi Yun.