—Tú... Tú... —al escuchar las arrogantes palabras de Yi Yun, el chico dijo enojado—: Esa es la comida que te da el Jin Long Wei, ¿cómo puedes... cómo puedes...?
Antes de que el niño pudiese terminar, Yi Yun había empezado a reír.
Acompañándolo estaba Sun Jingrui.
Incluyendo a varios de los guerreros del Jin Long Wei, todos se estaban riendo. Fue un ridículo despiadado.
—La estupidez de ese niño es la mejor —dijo Sun Jingrui con una sonrisa.
El niño estaba aturdido; finalmente se dio cuenta de que lo que había dicho era ridículo.
Yi Yun reprimió su risa y dijo fríamente: —Quieres comida, claro. Toma el estiércol de vaca tirado en la casa de mi hermana y cómelo, luego te daré algo.
Los niños que habían acompañado al niño en el lanzamiento de estiércol de vaca tuvieron un cambio en su expresión.
—Tu casa ya está quemada. El estiércol de vaca... ¡todo el estiércol ha sido quemado! —dijo un niño.
