Bajo esas circunstancias, ser llamada por Yi Yun frente a tanta gente de la tribu Lian puso a Zhou Xiaoke extremadamente nerviosa.
Yi Yun se rii y dijo: —Xiaoke, ven. Tengo algo para ti.
Zhou Xiaoke miró sin expresión el rostro de Yi Yun y vio esa sonrisa inocente y familiar que había estado ausente durante mucho tiempo.
La sonrisa hizo que se diese cuenta de que el hermano Yi Yun no había cambiado. Nunca había cambiado. Incluso después de haberse convertido en un Caballero del Reino, seguía siendo su hermano favorito.
—¿¡Oh!?
Zhou Xiaoke se rio. Aparecieron hoyuelos en las comisuras de su boca. Ella asintió y corrió alegremente hacia Yi Yun, agarrando su mano.
—¡Hermano Yi Yun!
Zhou Xiaoke no estaba nerviosa al lado de Yi Yun. Sus manos eran suaves pero fuertes. Sintió de inmediato una sensación de seguridad, como si el frío y el hambre no fuesen nada con Yi Yun a su lado.