Mientras el lugar descendía en el caos, Han Sen salió corriendo. De repente, una espada se abrió paso por el aire y plumas ahogaron el cielo mientras muchas de las criaturas voladoras morían. La tortuga serpiente y el cocodrilo dejaron de luchar cuando vieron esto. Ya no les interesaba la carne, empezaron a escabullirse en diferentes direcciones.
—¿A dónde vas? —Han Sen escuchó la voz de una mujer que llamaba desde el cielo, mientras otra espada alcanzaba al cocodrilo. El movimiento fue demasiado rápido para que Han Sen pudiera ver al portador de esa arma, pero mató al cocodrilo en un instante.
El cocodrilo usó sus tijeras para intentar bloquear el ataque, pero no fue lo suficientemente rápido. Entonces, un grito resonó. La espada cortó la cabeza del cocodrilo y su cuerpo sin vida cayó sobre el caparazón. Todas las criaturas luchaban entre sí en un intento de escapar, incluso las súper criaturas. Incluso ellas ya no querían la carne.