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Chapter 14 - Capítulo 14 - El Elegido

Han Sen estaba algo sorprendido de ver a Han Hao chisporroteando. Él no sabía que Han Hao también fue enviado al azar al Refugio de Armadura de Acero.

Han Hao era tres meses más joven que él, por lo que debería haber cumplido años y haber accedido al Santuario de Dios.

Por razones desconocidas, si los menores de 16 años fueran teletransportados, sus cuerpos sufrirían daños irreversibles. Entonces, de acuerdo con las leyes de la Alianza, uno debía tener 16 años para ser teletransportado al Santuario de Dios, independientemente de su estatus social.

—Oye loco, ¿a dónde vamos?—le preguntó Han Sen a Zhang Danfeng. Aunque Zhang Danfeng era un hombre apuesto, se volvió loco cada vez que estaba en una pelea, de ahí el apodo.

La cara de Zhang Danfeng se iluminó.

—Al Salón Marcial Luz Estelar. ¡Mi ídolo Tang Zhenliu va a estar en una pelea de exhibición celebrada allí! Él fue el Elegido el año pasado, ¡y sus habilidades de espadón son feroces!

Zhang Danfeng estaba lleno de anhelo. En esta era en la que todos se centraban en la evolución, las estrellas ya no provenían de la actuación, el canto, los deportes y los deportes electrónicos, sino de la lucha.

En el Santuario de Dios, una vez al año, el salón marcial de cada refugio se abriría al mismo tiempo, y los que están entre los mejores cien podrían tener sus nombres escritos en la estela marcial en el salón marcial. Los campeones de cada refugio serían elegibles para competir entre ellos. Y lo mismo sucedió en las cuatro fases del Santuario de Dios. Los diez mejores de cada fase podrían tener sus nombres en la Estela Sagrada, que era pública para todos en la misma fase, y ganar el título de "El Elegido".

Y los diez elegidos se convertirían en las estrellas más populares del año.

En los últimos años, Qin Xuan siempre ha sido el campeón de Refugio Armadura de Acero, pero su nombre nunca estuvo en la estela sagrada, por lo que nunca estuvo entre los 10 mejores del primer Santuario de Dios.

El número cinco del ranking el año pasado, Tang Zhenliu era conocido por sus feroces habilidades de espada. Era muy popular entre los jóvenes e incluso más querido que los mejores cuatro. Le pagaron hasta diez millones de dólares levo por un partido de exhibición.

Sabiendo su popularidad, Han Sen se sorprendió cuando vio un lleno total en la Salón Marcial Luz Estelar, que podía acomodar a más de cien mil personas.

Muchos fanáticos locos estaban sosteniendo carteles y coreando el nombre de Tang Zhenliu. Cuando apareció, una niña estaba tan emocionada que se desmayó.

—Si pudiera tener mi nombre en la Estela Sagrada como Tang Zhenliu una vez en mi vida, entonces sabría que he vivido— dijo Zhang Danfeng con admiración.

—Lo harás, Loco— respondió Han Sen sonriendo, mirando a los jóvenes a su alrededor enloqueciéndose por la aparición de Tang Zhenliu.

—Es tan difícil. Ya llegué al Santuario de Dios hace tres meses. Aunque compré carne primitiva y un alma de bestia primitiva, aún me resulta difícil cazar criaturas mutantes. Si pudiera comprar un alma de bestia mutante, sería mucho más fácil. Pero incluso si tuviera el dinero, la gente no necesariamente vendería sus almas de bestias mutantes—negó Zhang Danfeng, meneando la cabeza con una sonrisa irónica.

Han Sen pensó para sí mismo con pesar.

—Lo único que se podía traer del Santuario de Dios al mundo real era un alma bestial, mientras que solo se puede usar pero no se puede comerciar allí. De lo contrario, podría producir criaturas mutantes y ganar alguna bestia mutante almas eventualmente, lo que podría ser realmente útil para—.

—Ja, entonces tengo mejor suerte que tú, Danfeng. Acabo de entrar al Santuario de Dios y ya obtuve un alma bestia mutante. Qué pena que no estés en Refugio Armadura de Acero, o podríamos cazar juntos y podría ayudarte— dijo Han Hao con orgullo.

—¿Ya ganaste un alma de bestia mutante? Dime la verdad, ¿la cazaste o la pagaste?— exclamó Zhang Danfeng, mirando a Han Hao.

—Por supuesto que lo busqué yo mismo— dijo Han Hao en voz alta.

Han Sen se rió para sí mismo. Desde que era un niño, Han Hao siempre había alzado la voz cuando mentía. Sus padres probablemente le compraron el alma bestia mutante con una enorme cantidad de dinero.

El alma bestia mutante más barata costaría millones, y una buenas decenas de millones. Entonces esa era la razón por la cual sus parientes estaban detrás de la casa vieja. Fue un gran gasto para ellos. Aunque la compañía había ganado mucho dinero, probablemente ya lo habían gastado todo.

Tang Zhenliu fue de hecho impresionante. Aunque era solo una pelea de exhibición, sus habilidades con la espada ancha fueron tan rápidas y feroces que su espada se hizo casi invisible.

Después de ver por un tiempo, Han Sen sabía que Tang Zhenliu debió haber practicado artes hipergeno de alta calidad y aprendido sus habilidades con armas de los maestros, y él no era ninguna competencia para Tang Zhenliu.

Tang Zhenliu ganó la pelea y convocó a un alma bestia para actuar, transformarse en una criatura de tiranosaurio de tres metros de altura y aplastar una gran piedra con su cabeza, lo que provocó una explosión de gritos.

—¡Alma bestia de sangre sagrada de furioso dementor! Haría cualquier cosa por un alma bestial como esta— exclamó Zhang Danfeng mirando a Tang Zhenliu, quien se convirtió en un monstruo con la boca llena de lágrimas.

—¡Esto no es nada! Esta alma latiente no se parece en nada a la que tiene Dólar …— farfulló Han Hao sobre Dólar, como si fuera él mismo.

—Habría que ver un enfrentamiento para decirlo— repuso Danfeng. Tang Zhenliu era su ídolo, por lo que se molestó al escuchar eso. —No sé cuán bueno será Dólar, pero su alma bestia de sangre sagrada fue robada a otros, y no era un acto de caballería. Incluso si tuviera un gran alma bestial, no sería comparable a Zhenliu.

Han Sen se sonrojó de vergüenza y pensó: ¡Oh, Loco, no sabías lo difícil que la estaba pasando! ¡Cómo podía dejar ir una oportunidad como esa! Sin mencionar que Hijo del Cielo era mi enemigo.

Han Sen dudaba si decirles o no que él era el mismo Dólar, pero decidió no hacerlo. No les haría ningún bien, después de todo.