Proponer no era algo que le resultara fácil a Han Sen. Matar a una súper criatura era más fácil para él, porque al menos tenía algo de experiencia con eso, a diferencia de los deberes y responsabilidades maritales.
—Propuesta —Han Sen buscó la palabra en la Red del Cielo, y el término generó miles de millones de resultados.
Todos estos diferentes métodos de hacerlo lo hicieron enojarse. Había tantas maneras diferentes, todas grandes y románticas a su manera; pero la mera cantidad le hizo imposible decidir.
Por un tiempo, de todos modos. Pronto, encontró uno que le convenía muy bien. Ordenó un anillo, y mientras esperaba que lo entregaran, llegó a formular su plan.
Al día siguiente, Han Sen visitó la oficina de Ji Yanran.
—Cariño, ¿te gustaría cenar conmigo esta noche? Cocinaré yo —preguntó, mientras parpadeaba sus ojos.