La flecha hueso de pez viajó por el cielo y alcanzó una de las dos cabezas del rey duende gigante malvado.
El rey duende rápidamente se puso de pie como una serpiente, con todas sus manos de tres dedos encarando a la flecha que venía hacia él.
Un par de manos agarró la flecha hueso, la cual siguió girando y generando ruidos estridentes.
Sin embargo, por un momento, muchas manos cubrieron la flecha y la sostuvieron. Incluso con una fuerza giratoria potente, la flecha fue atrapada por la criatura.
—¡Chip! —el duende malvado chilló con su cabeza dirigida hacia donde Han Sen estaba parado. El sonido era tan penetrante que incluso las personas que se encontraran a millas del lugar tendrían jaquecas.
¡Bum!
Mientras el rey chillaba, los duendes malvados empezaron a salir de todos los agujeros de la pared montañosa, la cual se veía como una cascada roja, fluyendo hacia donde Han Sen estaba parado.