Al caer la noche, en un lago brillante y bajo un árbol sauce, se paraba una pareja joven.
—Cierra tus ojos.
—¿Por debería hacelo?
—Por favor.
—No
—Si no cierras tus ojos, me iré.
—No puedes tragarte tus propias palabras.
—Así que cierra tus ojos.
—Bien.
—Sin mirar.
—De acuerdo, de acuerdo.
Viendo que Han Sen cerró los ojos, Ji Yanran, cuyas mejillas estaban rojas, caminó de cuclillas y acercó su cara al rostro de Han Sen.
Sin embargo, antes que sus labios rosa tocaran su rostro, vio que él abrió sus ojos y la miró con una sonrisa ligera. Sintiéndose avergonzada, Ji Yanran quiso detenerse y voltearse, pero Han Sen sostenía su pequeña cintura y de repente cayó en sus brazos. Su boca cubría la de ella.
—Hmm…
Mientras Han Sen disfrutaba besarse con hermosa novia, su comunicador súbitamente sonó.
