Esa noche, Han Sen habló con Luo Lan a solas. Ella parecía saberlo ya y dijo:
—Ya es demasiado tarde. Cuando la familia Luo empezó a aprender el Sutra del Cielo Falsificado, supe que nunca terminaría. —Luo Lan suspiró y continuó diciendo—: Pensé que escondiéndome y ocultando tu linaje, podría proporcionar a mis hijos una vida mejor, una buena. Nunca quise que sufrieras o que te cargaras con cosas que nunca debiste haber hecho. Fui una tonta al esperar que la familia Luo dejara este asunto después de que te negaras a aprender; una tontería al creer que no estaban tan desesperados que incluso estaban dispuestos a conseguir que una mujer, que ni siquiera tenía el mismo apellido, lo aprendiera.
—Pero no lo entiendo, mamá. ¿Por qué insisten tanto en que lo aprendamos? Y si la pequeña Yan lo aprende, ¿estará en peligro de algún tipo? —preguntó Han Sen.
