Han Sen se mostró cauteloso con la idea de ir, pero terminó decidiendo hacer lo que el Rey Dragón le suplicó. Decidió ir al Refugio del Diablo Antiguo. No creía del todo en el Rey Dragón, pero las criaturas se comportaban de hecho de forma extraña al oír el sonido de esa campana y todas iban en la misma dirección. Aparte de los Colmillos del Diablo, Han Sen notó que muchas más criaturas también se dirigían hacia allá. Parecían poseídos, yendo sin pensar.
Han Sen estaba atrapado dentro de ese reino, así que pensó que sería mejor que fuera con ellos para ver qué estaba pasando y probar su suerte. Además, Han Sen aún tenía el control firme del Rey Dragón y no creía que el espíritu pudiera hacer algo para cambiar ese hecho. Han Sen voló hacia los edificios, mucho más allá de la niebla negra, y mientras iba, preguntó:
—¿Qué es ese Qi Ling que mencionaste?