—Las congregaciones son una buena manera de embellecer el ambiente... No me sorprende que las iglesias de mi pasado prefirieran realizar la adoración en días seleccionados cada semana... —Leylin, que había retirado su visión, sacudió la cabeza.
Era sólo cuestión de tiempo antes de que las tribus de las Islas Chihuahua se pusieran de su lado. Confiaba en que Tiff entendía sus intenciones y podía explotar el valor de una santa.
Después de que todos esos asuntos se resolvieron, Leylin se enfocó en la Isla Debanks. No tenía tiempo de conquistar todas las tribus de las Islas Chihuahua, debía conquistar a las más grandes primero, producir su propia divinidad y ascender para convertirse en un semidiós antes de poder desafiar al Reino Sakartes.
Una vez que se ocuparon de los asuntos internos, se pusieron en marcha los nuevos preparativos para la batalla.