¡Bum!
Los piratas observaron una escena maravillosa fuera del bosque. La densa niebla roja que envolvía el bosque se transformaba constantemente y se disipó para revelar la disposición original del lugar.
El suelo tembló y aparecieron muchas grietas pequeñas e incluso agujeros. En el mismísimo centro de la isla, los picos desnudos de las montañas produjeron un rugido furioso. La feroz lava brilló débilmente mientras fluía con agitación.
—Esto es malo. ¡Terremoto! La isla está por entrar en erupción... ¡Mi Señor! ¿Dónde está el señor?
A Calon no le importaban en lo más mínimo aquellos nativos y piratas preocupados. Se apresuró al extremo del bosque en búsqueda de la figura de Leylin. No era una cuestión de lealtad, sabía que, si se atrevía a abandonar a Leylin y huía en secreto, ¡la furiosa Bruja Escarlata lo despellejaría vivo!