La segunda capa de la Isla Pesadilla había sido construida con muchos sueños. Ahora Leylin deambulaba entre ellos en busca de una oportunidad para ascender.
Volvió a sentirse liviano y descubrió que su entorno había cambiado nuevamente. Ardin se había convertido en un joven, pero la cicatriz en su mejilla no había desaparecido. Durante esa batalla de vida o muerte, había activado algún tipo de talento para sobrevivir al ataque y se había convertido en un aprendiz del Brujo Pesadilla.
Su método de enseñanza era muy tosco y tenía varios aprendices como Ardin, a los que trataba de forma casi inhumana. Muchos habían muerto; sólo el deseo de venganza Ardin le había permitido perseverar y fortalecerse rápidamente.
Muchos de esos sueños lo relacionaban a él con una muchacha, lo que creaba algunos de sus recuerdos más tiernos.
