Numerosos nativos de élite formaron una línea defensiva fuertemente custodiada dentro de la selva tropical. Detrás de ellos había varias tiendas de campaña construidas toscamente.
En base a las tradiciones de los nativos, estas tiendas estaban adornadas con coloridas decoraciones de plumas en su superficie, así como algunas runas manchadas con sangre fresca.
—¿Ya los ha atrapado el enviado especial Agigikro? —preguntó un nativo, que evidentemente, era su líder. Llevaba una gran corona dorada en la cabeza, pero lucía bastante delgado, casi huesudo; era una fuerte diferencia. Este hombre estaba mirando a otro nativo de cejas blancas.
Este nativo llamado Agigikro evidentemente había ganado mucha experiencia a través de los años. Sus ojos mostraban su sabiduría, y era media cabeza más alta que el líder, lo que demostraba que había sido criado en un ambiente más nutritivo.