Dentro de una habitación algo oscura, una poderosa fuerza divina dorada salía de una pequeña estatua y se movía violentamente, como las olas del mar durante una tormenta. Luego, un gigantesco remolino negro la absorbió en el medio del aire. Una vez que se la transformó completamente, una energía pura se acumuló en el cuerpo de una figura que estaba sentada y quieta.
La poderosa fuerza divina se condensó para formar una débil figura de luz que apareció mientras un rastro de divinidad brillaba.
El análisis de fuerza divina poco a poco me ha dado información sobre la divinidad...Reflexionó Leylin. Para los Magos, esa supuesta divinidad era simplemente un entendimiento básico del poder de las leyes.
Un dios verdadero había comprendido completamente una ley. A partir de entonces, uno encendería su fuego divino para unirse a los otros dioses verdaderos, un proceso que mejoraba la comprensión de las leyes.
Pero... El Mundo de los Dioses tenía reglas únicas.