En ese momento, también se decidió el vencedor de otra batalla.
Al ver que el enfrentamiento se volvería eterno, Isabel lanzó Aliento del Dragón sin la más mínima duda. Sus escamas ardientes formaron una armadura cegadora que se parecía mucho a un puñado de flores frescas y la hacía ver como una valquiria.
Como una Hechicera Dragón, ella había heredado las habilidades para los hechizos de un dragón rojo. Además, el linaje que Isabel poseía era el de un dragón legendario, lo que aumentaba enormemente su poder.
Las llamas embravecidas consumieron a Odge en un instante; su resistencia barbárica y su determinación no podían detener su doloroso llanto.
¡Flick!
Isabel también activó la Espada del Dragón Rojo inmediatamente y una luz brilló al tiempo que el poderoso sable encantado de Odge se partió.