Con sus grandes números, los orcos tenían muchos expertos de máximo nivel. El fuerte cambió de dueño rápidamente. Ni siquiera se emitieron muchas advertencias mágicas, lo que les permitió permanecer ocultos a la espera de los refuerzos una vez que se encargaron de la guardia original.
Luego de algunas rondas, los rayos de teletransportación ya no parpadearon y los orcos controlaron el fuerte con facilidad. Momentos después, establecieron sus propias formaciones de hechizos de teletransportación. El Fuerte Lunar Inquebrantable tenía sus propias rutas de escape. Los Brujos habían dejado puertas de teletransportación que permitirían un acceso conveniente para recibir ayuda. Los orcos, por otra parte, habían arruinado las ondas espaciales allí y habían sellado toda la teletransportación.